Roles
Análisis Transaccional
Eric Berne (1910 – 1970)
No es un psicoanálisis centrado en el subconsciente (S. Freud) ni en el conductismo (Skinner).
El Análisis Transaccional nos permite comprender el comportamiento y la conducta en la vida cotidiana aquí y ahora.
Existen dos opiniones generalizadas sobre el Análisis Transaccional:
- Es una divulgación y simplificación excesiva del psicoanálisis.
- Es una racionalización y cientificación del mismo, fácil de comprender, de explicar y de manejar.
La veremos desde el punto de vista de “Desarrollo Humano”.
¿Por qué es importante conocerlo?
- Es un complemento de la práctica psicoanalítica.
- Es una teoría de la personalidad que explica en forma integradora el comportamiento humano permitiendo predecirlo y controlarlo.
- Como teoría científica, utiliza en la investigación la metodología clínica y la experimental.
- Como psicología aplicada se apoya en:
- La conducta del aquí y ahora.
- La responsabilidad individual sobre la propia conducta.
- Conceptos psicológicos populares y al alcance de culturas medias y de corta edad.
- Esquemas explicativos de la conducta.
- Macro variables del comportamiento humano.
Tres Roles
El yo padre es la sede de la sabiduría
Prohíbe o permite en función de lo adquirido, actúa cuando repetimos una conducta derivada de la de nuestros propios padres, por tanto toda persona está dotada de un yo padre, que se manifiesta desde niño, cada vez que imita a sus padres registra las recomendaciones, prescripciones, consejos, órdenes y hábitos desde niño y hasta la adolescencia y las reafirma con los maestros y todas aquellas personas que tienen una influencia sobre él para luego imitarlas. El yo padre se manifiesta de dos formas: el padre crítico, es aquel que critica, juzga, evalúa, mantiene, controla, prohíbe, acusa, etc. Es el padre malo, severo y autócrata, y el padre nutricio, es aquel que ayuda, permite u ordena hacer, dice lo que está bien y es justo, mantiene, acaricia y consuela, eleva la moral, es el padre gentil, pero a veces sofoca, es posesivo y paternalista.
El yo adulto es la sede del pensamiento
Arbitra y decide lógicamente después de la reflexión capta los datos y los combina inteligente, los trata lógicamente procediendo por inducciones y deducciones sucesivas para tomar, finalmente, la decisión adecuada y elegir la solución correcta. El yo adulto puede acertar o equivocarse pero cuando esto sucede, será siempre de buena fe. El yo adulto se manifiesta de dos formas: el yo adulto racional, frio, analítico, calculador y objetivo y el yo adulto poético, carismático, comunicador, sensible y afectivo.
El yo niño es la sede del sentimiento
Experimenta, vive sentimientos, emociones y necesidades. Es el que experimenta la sed, el hambre, necesita moverse, ser amado y tiene miedos, disgustos, tristezas y alegrías, es el que llora, ríe o juega y lleva el registro de los acontecimientos interiores. El yo niño se manifiesta de dos formas: el niño adaptado contiene el registro de todos los parámetros de conducta y educación creados por sus padres y reacciona a ellos con sumisión inicial o rebeldía inicial y sumisión final. El niño libre es aquel que juega, habla en condicional (yo seré el maestro y tú el alumno) que está libre de todas las restricciones y no se autocensura, está alegre o triste, ríe o llora naturalmente, este es el niño sin restricciones, sin tabúes y sin prejuicios.